lunes, 9 de mayo de 2011

Quítame tiempo.

Tiempo, quítamela de en medio si quieres.
Llévala con otro; puedes hacerla feliz, quizás
Puedes hacerle olvidar, quizás
Puede que todo lo que le escribí y todo lo que le dije se le olvide, se queme en su mente y se sustituya por una nueva voz, por una nueva palabra
por unas nuevas manos, un nuevo cuerpo, quien sabe
por otros besos al dormir, por otras sonrisas al despertar
por otras ironías, otras lágrimas y otros malos momentos
puede que no sea ese hombre que tanto buscaba
puede que nuestro futuro juntos sea solo producto de mi imaginación
puede que nunca se vaya a poner mi bata ni la vaya a ver bailando dentro de diez años más
puede que lo que no he hecho bien merezca que la apartes de mi lado

Pero desengáñate; me quedaré con mis sentimientos, con su contoneo al andar, cor sus manías y mis manotazos en sus dedos; con sus enfados por mis desórdenes. Con su arte para cocinar. Con sus palabras grabadas en mi mente, Con sus lágrimas derramadas por mis palabras. Con nuestros problemas y nuestros gritos. Con su espalda cuando se enfadaba conmigo en la cama. Con su "déjame ver la película", con su dulzura con mi hermana. Con mis imágenes infinitas de su cara. Con sus anginas, su mal humor, sus ojillos borracha.
 Con su respiración creciente. Con sus suspiros, gemidos, risas, estornudos, toses. Con las marcas perpetuas bajo sus ojos por su desordenada vida (como la mía)
Con su cuerpo de mujer en frasco pequeño, con su piel suave, y mis manos que siempre fluyen por ella.
Con Sus labios, el lunar de debajo de la oreja, el de la espalda, el del cuello.
Con sus piernas flexibles, con mi yo entre ellas, con su lengua jugando conmigo. Con mi "dí mi nombre", con su "me vuelves loca". Con su cara enterrada en la almohada. Con sus pies retorciéndose. Con los míos temblando.
Con cuantos besos hacen falta para recorrerla
Sin los grandes pedazos de mi corazón que están hipotecados a su nombre
Con la imaginación de todo lo que podría haber sido
Sin mi fachada, sin mi máscara.
Con mi debilidad.
Sin ella,
con mi amor, infinito.

lunes, 2 de mayo de 2011

Lo han intentado. Muchas veces. Ponerse en medio nuestra. Ofrecerme otras bocas, otros cuerpos. Otras palabras. Incluso cuando estabas en tus peores momentos, con mis dudas a flor de piel y tu imagen cada vez más borrosa en mi cabeza. Sin saber ya qué eramos y a que pedazo aferrarme.

Y en menos de dos días y dos noches. En menos de 10 cigarrillos, dos copas, dos fiestas. En menos de lo que se tarda en estirarse en su cama y darse cuenta de que después de tantos meses estás otra vez ahí. Con el ventilador arriba, los peluches colgados, los cuadros de ballet, su maleta en el suelo,y su cuerpo acompañándote. Duermes, y es mejor no tocarte, que siempre te dan los berrinches. Que parecen que te están sacando de tu hibernación. Escojo un beso y oler tu pelo, pasar la mano por tu cintura y en tu primer resoplido de molestia, taparte con la manta y observarte un rato más. La noche es larga.