¿Sabes mi problema?que no tengo excusa. Que si estoy estudiando, digo qe paso demasiado tiempo en casa y que me acuerdo inevitablemente de ti, y que por eso te "exigía" que me preguntaras como estoy varias veces al día. Y ahora en mi casa,durmiendo, con los apuntes desparramados por la mesa sin hacer nada. Haciendo vida familiar,saliendo,volviendo de un viaje, con mil fotos por etiquetar.
Mierda, pues no. Siempre estás en la misma puta esquina de mi cabeza. Siempre. Y siempre me hace sentirme como si estuviera en un momento de mi vida en el que nunca he estado. En el que, ¿sabes? Tampoco me apetece tanto salir y que digan las niñas "mira, ahí va" y vacilarles, y saber qué palabras decirles y dejarles con las ganas. Que sí, que es gracioso salir, sentirse observado y, al estar comprometido, darle largas a las niñas. Pero es que mis mejores pensamientos, mis frases mejores hechas llevan tu nombre en el destinatario.
He estado años con una fachada de niño duro que contigo se me desmorona, y si te soy sincero a veces me asusta mi debilidad. Saber que me voy un día a la cama y tú puedes estar pensando algo malo, puedes estar perdiendo tiempo por estar triste por algo mío y me jodo,y me revuelvo 50 veces en las sábanas. Ostias, que yo antes no era así, que yo antes iba rompiendo corazones y riéndome, por que no tenía nada que perder. Y ahora realmente tampoco creo que te pueda perder. No en este momento. El problema es que cuando nos peleamos, cuando haces algo que no me gusta, cuando tenemos esas discusiones por tu personalidad cerrada, o por mis arrebatos extraños, me doy cuenta de todo lo que nos queda por ganar (y no por perder), el uno del otro. Una lista interminable de cosas.
Que sí, que tengo 20 años, que no me puedo encerrar en una relación ni tú tampoco, que nuestros amigos, y que quiero que eso lo tengamos siempre clarísimo…pero que no consigo no pensar en ti más de 5 horas seguidas. Mierda, ultimamente sueño contigo, ¿sabes? Y el problema es que los sueños suelen ser muy, muy bonitos. Pero no quiero hacerlo cada noche, porque luego me entra mucha mala ostia al ver que estoy en mi cama, solo. Que no escucho tu respiración y ni toco tu espalda. Que no está tu paquete de tabaco en la mesa, ni tus peluches, ni tengo la espalda hecha una mierda porque acaparas toda la cama. Que no te he bajado la tirantilla del sujetador, o desenrrollado la toalla cuando estás rencien salida de la ducha un momento. Que no he hecho un movimiento de esos que a veces te enfadan porque los hago muy bruscos, y tú, al fin y al cabo, eres un bebé al que siempre le gusta todo con amor. Que te lo repito: no tengo excusa. No sabes cuánto daría por poder ir cada noche a tu casa, darte un beso en esos labios que me conozco tan bien y decirte:
"Oye tú, que te espero en Málaga, pero no te engañes…en septiembre pensaba que las relaciones a distancia se apagaban cada vez más, pero lo que yo siento por ti ahora…es cinco veces más que lo que sentía entonces".
No hay comentarios:
Publicar un comentario