martes, 6 de diciembre de 2011

Tanto ruido que al final, por fin el fin

Te quise. Te quise dos años,casi. Te quise desde el momento en el que entraste en el bar. Te quise en aquel primer traspiés. Te quise en la cercanía, te quise enferma sin apenas poder articular palabra. Te quise estresada, enfadada, feliz, riéndote. Te quise a 500 kilómetros. Te quise 8 horas en un bus de ida en la madrugada. Te quise en la despedida de otro autocar, esta vez de vuelta. Te quise en cada una de las flores que te llegaban. Te quise por teléfono. Te quise por la pantalla de un móvil con la esperanza de ver un "te quiero" emergiendo. Te quise en tu tristeza, aunque no supiera siempre cambiarla. Te quise con los problemas de tu pasado. Te quise cuando nos distanciamos. Te quise un verano entero insípido, amargo, sin ti. Te quise al volver a verte después del verano y ver cómo volvíamos a encendernos como al principio. Te quise en la siguiente separación. Te quise cada vez que podíamos vernos y te veía feliz, cuando veía que temblabas cuando me dabas un beso.

Te quise, al fin  y al cabo. Desde aquel segundo en el que entraste en mi vida. Cada puto microsegundo te tuve en cuenta. Cada decisión, cada sonrisa, cada triunfo quería dedicártelo a ti.
Quería, al fin y al cabo, ser feliz con alguien, creerme un poco eso de que la vida no está hecha para uno solo y pensar que a los veintiún años yo ya me podía plantar por un tiempo en esa búsqueda.

Te quise con lo que soy. No hay más de lo que ves, y me enorgullezco de ello.

"Qué importa que mi amor no pudiera guardarla, la noche está estrellada y ella no está conmigo".

Ahora creo que me toca aprender a dejar de quererte. Hasta siempre.

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